LIBROS EDITADOS
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Tu trabajo de varios años me gustó realmente. Hay momentos sublimes.

Empiezo por donde no se debe, por el final, en fin…

De los poemas cortos destaco dos: "La ciudad cierra las ventanas"
En este caso porque me siento totalmente identificado con lo que expresás.
"Ahora en mis ojos / la ciudad / cierra sus ventanas / despojadas de / encuentros / mientras la soledad / es simplemente / una novela de profecías / apagada"
Es tan claro lo que decís, esa contradicción humana de buscar encontrarnos y protegernos unos con otros, y frente a la masificación lograr (a nuestro pesar) la distancia y la soledad…

"A veces me / encuentro / con las frases / propias de nuestros / muertos  que aún / quedaron quietas / en el arco / de la noche"
Cuántas veces me escucho decir, en situaciones cotidianas frases de mi madre o de mi abuelo que perduran a través mío, que sin saberlo antes las repito frente a hechos simples…

Me encantó el dueto del ángel y la mujer. El ángel, prisionero de sí mismo, de su misión, de su pasado mientras la mujer a través de una vida vivida y sufrida se libera…
Es estupenda la frase: "El ángel intuye que no puede morir"

Escuchándote hablar sobre las piedras pensaba que estas son el testigo mudo de vanidades e ilusiones humanas, de esfuerzos y aburrimientos de nuestro transitar inconsciente y obsesivo por esto que llamamos vida.

Pero lo mejor del libro, para mí, está en el diario poético.
Allí a través de una escritura tanto sutil como descarnada, filosofás. Es decir, generás preguntas y más preguntas. Prolongás el libro en cada uno que sepa leerte con atención.

Como por ejemplo: "Cerrados cofres desgarrados por  la humedad / y la vejez donde hallaremos / tal vez cartas donde las palabras han / desaparecido en un océano indiferente"

Le promovés reflexiones sobre la vida y la muerte, la soledad y los encuentros.

Aquí van algunas mías, motivadas por tus palabras sabias:
¿Quiénes somos? ¿Por qué somos?
¿Por qué expresarse a través de la poesía?
Preguntas y preguntas sin respuestas
La poesía encierra mundos imaginados, idealizados, utópicos que coexisten con la realidad, sabiendo que eso que llamamos realidad, también es algo discutible
Lo individual y lo colectivo, rivales y amigos frente al misterio de la existencia universal.
El futuro como utopía ¿realizable? ¿Traicionada?
La calle como el tránsito de almas y cuerpos y las casas, el refugio de las almas y los cuerpos que ya se fueron, coexistiendo con frágiles presentes.
Objetos que nos recuerdan o nos posibilitan no olvidar olores, aromas, climas, voces que se pierden poco a poco a medida que nosotros también nos acercamos a lo irremediable
Una adolescencia recordada, edulcorada, amada en el recuerdo. Una adolescencia que tuvo otras cosas que fueron siendo dejadas en las telarañas para que no nos molesten en su idealización.
Lo que queda es el presente, eso tan efímero que se transforma en pasado. Eso que en un instante previo fue futuro.

Bueno, disculpame tanta cháchara. Es lo que me motivó tu poesía

Beso grande

Andrés Caro Berta